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130 años Celebrando Juntos

130 años de innovación

A finales del siglo 19, cuando comenzaban a verse cambios innovadores en áreas como las ciencias, la comunicación, y la estructura social, comenzó en el Viejo San Juan un banco que cambiaría también la historia de Puerto Rico.

Siguiendo los pasos de grandes hombres cuyo propósito común era servir a las comunidades más necesitadas, nació en el Edificio Grato Tinaud la Sociedad Anónima de Economías y Préstamos, hoy Banco Popular de Puerto Rico.

La Isla permanecía bajo el mando de los españoles, pero allí estaban comenzando los cimientos de una gran ciudad. Ya en ese entonces, se marcaba la innovación de Popular con una banca para todos, que luego se extendería a lo largo del siglo XX por toda la Isla, primero con el Banco Rodante en los años 50, y luego con sucursales en prácticamente todos los pueblos de Puerto Rico.

El banco, que se le conocía como “El Banco del Pueblo”, tenía el propósito de seguir a la vanguardia trayendo a la Isla toda tecnología que permitiera facilitar a los clientes la forma en que llevaban sus finanzas. Este esfuerzo no se limitaba a los clientes, sino que también a sus empleados y a las comunidades en las cuales tenían presencia. Fue así como, luego de que otro banco trajera a la isla las máquinas ATM, Popular las incorporó a sus sucursales e incluso desarrolló una red exclusiva conocida como ATH, un acrónimo de “A Toda Hora”.

Y esa misma pasión con la que los primeros empleados fueron levantando un banco que sería el líder en Puerto Rico, se siente hoy cuando hablamos con Camille Burckhart Portela, principal oficial de Informática y Estrategia Digital, quien lleva más de 20 años con Popular.

"En cualquier momento, Popular ha buscado innovar para resolver algo; una situación o problemática de país que a través de nuestros ofrecimientos el cliente pueda solucionar"

-- Camille Burckhart Portela

Señala Camille con una sonrisa que demarca su compromiso con incorporar en Popular las herramientas tecnológicas necesarias para seguir innovando y para brindar soluciones financieras a la comunidad a la que sirven.

Cuenta Camille que en el caso de las ATH, el objetivo se trazó en servir más rápido al cliente con una herramienta electrónica de fácil uso, que generara confianza e hiciera más accesible algunas transacciones, a toda hora y en cualquier lugar. La innovación no se detuvo ahí, nos indica Camille. En 1993 surgió TeleBanco Popular, seguida por TelePago. En ambos casos se buscó expandir los servicios de la institución para hacer más conveniente las transacciones bancarias a través del teléfono, lo que se alcanzó con más amplitud al introducirse el contestador automático.

Para brindar más comodidad a sus clientes, en 1996 se inauguró la página web bancopopular.com. Un año más tarde llegó la herramienta de PC Banco y, en 1998, TeleBanco Comercial.

Popular volvió a transformar el mercado financiero para 1998, con el lanzamiento de la banca por internet, que desde el año 2000 se conoce como Mi Banco, un servicio innovador que permitió una conexión al banco de manera más conveniente.

En ese sentido, ha sido bien acertado el eslogan “De la banca móvil a mi banca móvil” para significar los cambios de época y las transformaciones que, a lo largo de sus 130 años, Popular ha provocado en su gente, sus productos y servicios. Porque la transformación no se limitó a la tecnología, sino que también incluyó educar a los empleados proveyéndoles las herramientas necesarias para que pudieran adaptarse a los cambios.

Popular no detuvo su crecimiento y su expansión se vio también reflejada en los Estados Unidos y las Islas Vírgenes. En ambos mercados, al igual que en Puerto Rico, su norte siempre ha sido poder brindar a los clientes soluciones financieras. Escuchar al cliente y saber cuáles son sus necesidades es parte integral de las funciones de sus empleados. Así se fueron tejiendo puentes de conocimiento y una infraestructura que sería funcional para todos los lugares donde Popular tiene presencia. Por eso la tecnología sería pieza fundamental para una expansión articulada y con miras a robustecer su presencia, no solo en Puerto Rico, sino en los otros mercados.

Camille nos narra que, mientras se daba ese crecimiento, el nuevo milenio trajo consigo el lanzamiento de la plataforma E-Bill, herramienta de facturación electrónica. De igual forma, se incorporaron Mi Banca Móvil, seguida por la plataforma de E-Account, una cuenta totalmente online.

Otras herramientas que han hecho de Popular un banco innovador lo han sido Depósito Fácil, que permite el depósito de dinero o cheques a través de cajeros automáticos, disponiendo de esos fondos de forma inmediata, y el Cajero Parlante, el cual permite a personas ciegas o con problemas visuales el poder hacer transacciones en las ATM.

El Cajero Parlante no solo fue una gran innovación, sino que contó con personas ciegas que colaboraron con el banco para poder establecer una herramienta que les fuera completamente funcional. Es precisamente en este tipo de proyectos que no solo sobresale la innovación de Popular, sino también su compromiso por escuchar y saber cuáles son las necesidades de las comunidades a las que sirven.


Y es así como años más tarde, en 2020, y en medio de la emergencia de salud pública por la epidemia del COVID, Popular creó una plataforma en línea para facilitar la solicitud de fondos federales de emergencia para individuos y comercios.

Nuevamente, se volcaron en escuchar las necesidades de los clientes y ver cómo podían ayudar, en medio de una crisis mundial, a proveer un servicio tan importante. Así, en tiempo récord y sin percances, se tramitaron miles de solicitudes de ayuda del Programa de Protección de Pagos (PPP) y los beneficiarios obtuvieron en sus cuentas el depósito de su incentivo.

La tecnología e innovación no se limitan a lo que hace la empresa internamente. Pensando en la importancia de impulsar nuevas tecnologías y empresas con mirada en el futuro, Popular creo Popular Impact Fund, un fondo de $15 millones destinado a financiar empresas que desarrollan tecnología estratégica, que tienen impacto social, potencial de crecimiento y necesidad de capital. Es de esta forma donde la empresa comienza a trazar nuevas maneras de adelantar conocimiento que no se limite a ellos, sino que pueda significar un paso positivo para muchos.

Aunque el Puerto Rico de hoy no es el de 1893, la tecnología ha llegado lejos y ya se ven innovaciones que en los comienzos de Popular no se pensaban. Popular ha seguido incorporando nuevas herramientas, no solo de la mano de un recurso externo, como se hacía en el pasado, sino generando desde sus propias instalaciones, tecnología que pueda cambiar la forma en que hacemos banca. Se sigue de cerca los avances de la inteligencia artificial y se explora cómo utilizarla de manera responsable y para beneficio de sus clientes en todos los mercados donde tienen presencia, todo esto de la mano y el conocimiento de Camille, quien lleva tatuado su compromiso con la institución.

La empresa sigue cultivando esa hambre de conocimiento y de innovación que les caracterizó desde ese 5 de octubre de 1893. Hoy, 130 años más tarde, siguen evolucionando y marcando el paso en la innovación, no solo con la tecnología, sino con la educación, aportaciones comunitarias, y el ambiente. En cada paso que han dado los miles de empleados y clientes que han pasado por Popular, hay historia, al igual que un genuino deseo de construir un mejor futuro para todos

Como parte de las celebraciones de nuestro aniversario 130, presentamos nuestras Historias de Impacto, que destacan el legado de Popular en el desarrollo socioeconómico de Puerto Rico a través de los siguientes lentes: innovación, apoyo a pequeños negocios, vivienda, inclusión financiera y desarrollo del capital humano.