El Puerto Rico de principios y mediados del siglo 20 era uno muy distinto al actual. Para aquel entonces el olor a caña de azúcar, y el tabaco inundaban los recorridos por distintos pueblos de la isla.
Esa transformación se palpaba en cada área donde los cultivos y el florecimiento de más y más industrias azucareras se iban desarrollando. Pero esto no se dio en un vacío ya que para que fuera así, detrás de esta industria hubo una banca que les apoyaba.
Para ese entonces, Banco Popular estaba en ciernes y esos primeros años fueron un reto para quienes labraron el nacimiento de una nueva banca en la Isla.
El arrancar de una banca formal para los negocios no vio luz propia hasta varios años después.
Luego del comienzo del siglo 20 y de varios sustos, cuando de la mano de Rafael Carrión Pacheco, quien se distinguía por el manejo de relaciones con banqueros, clientes, y negociantes, se evidenció el potencial y confianza que depositaban varias empresas y comerciantes en el Banco Popular. Esto, entre otras cosas, evitó que el banco corriera la misma suerte que otros que tuvieron que cerrar, y a lo largo del tiempo evidenció el potencial que tenía Popular.
El proceso de encontrar la pieza perfecta es, sin duda, una experiencia gratificante y enriquecedora. Y es gracias a Mediterráneo, una marca local de artículos para el hogar que se encuentra exclusivamente en Home Depot, que los puertorriqueños pueden crear la casa de sus sueños.
“Queremos hacer el estilo accesible a los puertorriqueños, que cuando entren a un Home Depot y vean Mediterráneo, sepan que eso es de aquí", acertó Alberto Zorrilla Cobián, presidente de AZC Distributors, empresa matriz de Mediterráneo.
Este y otros movimientos comerciales harían que Popular cobrara un nuevo giro, tanto así que “en 1947 Banco Popular y sus corresponsales concedieron a la Autoridad de Tierras, entidad gubernamental, la cantidad de $6 millones, siendo la operación de préstamos de mayor importancia que se hubiese realizado en la Isla” (Libro Tradición de Futuro).
Estos comienzos harían que los siguientes 80 años se continuara con la tradición de un banco que es propulsor del crecimiento económico del país. Y hoy día, bajo la batuta de otros banqueros, esa fórmula sigue vigente.
Esa historia se repite con Elí Sepúlveda, actual vicepresidente de Banca Comercial de Popular, quien indica que a lo largo de sus 37 años de carrera como ejecutivo en Popular, no ha habido un momento en que haya dejado de pensar en el desarrollo económico del país y en el futuro de los pequeños, medianos y grandes empresarios.
Reconoce ante todo que, en sus 130 años de historia, el compromiso de Popular ha estado fijado en apoyar la economía puertorriqueña, fortalecerla y solidificarla. “Sé que nuestro rol es prestar dinero, pero la mayor satisfacción que derivamos de nuestra gestión financiera va más allá y se trata de ver cómo somos parte del crecimiento del mercado comercial del País a todos los niveles y del éxito de miles de emprendedores con grandes ideas de negocios”, asegura Sepúlveda.
Popular es la principal institución financiera de Puerto Rico y desde su fundación ha sido clave para impulsar la economía isleña, principalmente como eje motor del desarrollo comercial.
Desde entonces, su objetivo no solo ha estado en financiar grandes empresas y comercios, sino en darle apoyo y respaldo a los pequeños y medianos comerciantes, aquellos que establecen la tienda del barrio, la panadería, el incipiente supermercado del centro del pueblo, la mueblería, la farmacia de la comunidad y el garaje de gasolina.
Ese enfoque, entre otras cosas, es lo que ha hecho que Popular se gane el mote del “banco del pueblo”, porque está cerca de la gente, conoce sus necesidades, se nutre de sus experiencias y acompaña a sus clientes en todo su proceso de emprendimiento. Así fue antes y así continúa siendo hoy.
En las últimas décadas, Popular ha sido pionero en el desarrollo de nuevas herramientas técnicas que han transformado significativamente la bancaria comercial, mejorando la eficiencia, la accesibilidad y la seguridad de las operaciones financieras. Destaca, por ejemplo, la banca en línea y la automatización de los procesos que permite que cada cliente acceda a los servicios bancarios desde cualquier lugar y en cualquier momento, como solicitar préstamos y líneas de crédito o verificar el movimiento de sus cuentas, algo que resulta más cómodo para muchos porque limita las visitas a las sucursales. Un ejemplo de esto es popularbusinessplatform.com, una plataforma digital que agiliza la solicitud de préstamos y líneas de crédito.
"Hoy tenemos más recursos en comparación con décadas anteriores. Ahí está el ejemplo de ATH Móvil, una aplicación que se ha convertido en una herramienta efectiva para los comercios y que, sin dudas, es una de las cosas más importantes que ha cambiado la cultura de nuestros negocios porque establece métodos de pagos digitales, transferencias entre cuentas y hasta carteras electrónicas. Eso hace que las transacciones sean más rápidas y seguras, a la vez que reduce la dependencia de cheques y efectivo"
-- subrayó el banquero
Sin embargo, Sepúlveda tiene muy claro que no hay tecnología que puede sustituir la importancia que tiene relacionarse directamente con cada cliente. Tras cada pensamiento, Sepúlveda repite cual si fuera un mantra: “el negocio comercial es el negocio de contacto; te puedo ayudar más en la medida en que conozco mejor tus necesidades”. Es lo que justamente, asegura sucede con las PYMES, un mercado que se define como “el más cambiante y volátil” del mercado comercial.
“Las PYMES se han convertido en una fuerza económica importante. Su cultura de hacer negocios es muy particular porque no tienen tiempo para contratar consultores, viven más de su intuición y están inmersos en un entorno que cambia constantemente, es más rápido y menos predecible”, precisa.
En ese sentido, sostiene que la tecnología no puede proveer la lectura rápida para todos los cambios a los que se enfrenta ese segmento comercial, lo que sí logra la cercanía del banquero con su cliente. Por algo se dice que “lo afectivo es efectivo”.
Popular tiene un sólido compromiso con las pequeñas y medianas empresas en Puerto Rico a través de una visión centrada en el progreso del pequeño comerciante. Por eso ofrece servicios, como Popular Business Solutions que están diseñados específicamente para satisfacer las necesidades empresariales, proporcionando soluciones financieras integrales. De igual forma, cuenta con el programa StartUp Popular, que ha sido diseñado estratégicamente para atender las diversas necesidades financieras empresariales que puedan surgir en esos primeros pasos del pequeño comerciante. También sirve como un apoyo guía ya que ofrece coaching empresarial a diferentes áreas que el negocio pueda tener sobre alguna necesidad y networking events durante la duración que tenga el empresario dentro del programa, para que tenga la oportunidad de crear nuevas relaciones de negocios.
Los años, desde aquel resurgir banquero de principios del siglo 20, se pueden percibir en la forma en que los banqueros de hoy siguen la tradición de poner a los clientes en el centro del progreso, y siempre estableciendo un contacto para garantizar el mejor resultado. Sin esa proximidad no hay un negocio sólido y con futuro.
Ya el olor de la caña de azúcar no se siente tanto como antes, pero sí el surgir de nuevas y más diversas formas de negocios, desde un rico pan, hasta un café o simplemente un negocio de tecnología.
El cielo es el límite y Popular es el banco que lo hace realidad.
Como parte de las celebraciones de nuestro aniversario 130, presentamos nuestras Historias de Impacto, que destacan el legado de Popular en el desarrollo socioeconómico de Puerto Rico a través de los siguientes lentes: innovación, apoyo a pequeños negocios, vivienda, inclusión financiera y desarrollo del capital humano.