Por Hal Hershfield, Ph.D.
Consultor de Avantis Investors®


Es el comienzo de un año nuevo, y estoy seguro de que ya ha pensado bastante en cómo evolucionará. (No se preocupe, ¡este no será otro escrito sobre resoluciones de Año Nuevo!).

Contemple, por un momento, algo sobre este nuevo año que esté marcado por la incertidumbre. Tal vez sea el estado de las tasas de interés: ¿bajarán? O la inflación: ¿aumentará? O tal vez sea algo más personal, como el estado de su salud o sus relaciones. Ahora, pensando en uno de estos aspectos específicos, pregúntese cuáles son las probabilidades, del 0% al 100%, de que las cosas se desarrollen una manera en específico.

Por ejemplo, tengo la incertidumbre de conocer si mis hijos empezarán a llevarse mejor con más frecuencia. (Estoy escribiendo esto durante las vacaciones de invierno, y están pasando mucho tiempo juntos... discutiendo por tonterías). Me pregunto cuál es la probabilidad de que sólo discutan una vez al día en lugar de una proporción mucho más alta. Una forma de responder a esta pregunta es pensar en un escenario optimista, un escenario pesimista y un escenario más realista. Y luego, teóricamente, promediarlos.

La mejor manera de predecir el resultado de una negociación es tomando el promedio entre la oferta inicial de un lado y la contraoferta del otro. De la misma manera, para mejorar la precisión de las predicciones sobre eventos inciertos, se podría promediar entre el mejor y el peor de los casos.

Si pienso que hay, como máximo, un 70% de posibilidades de que mis hijos empiecen a llevarse mejor el próximo año y, como mínimo, un 30% de posibilidades de que lo hagan, entonces quizás el mejor estimado de una mejor relación sea algo así como un 50%.

La Heurística del mejor escenario

Sin embargo, según una nueva investigación de Hallgeir Sjåstad y Jay Van Bavel, esta no es la estrategia que adopta la mayoría de las personas. 1En su investigación, se les pidió a las personas hacer una predicción sobre cuán probable creían que sería que estuvieran en una relación feliz dentro de cinco años y qué tan probable creían que sería que alguien de su propio partido político ganara las próximas elecciones presidenciales.

No obstante, la naturaleza de la predicción variaba. A un grupo se le pidió hacer una predicción optimista, o “en el mejor de los casos”. A otro grupo se le pidió hacer una predicción pesimista, “en el peor de los casos”. Y un último grupo se le pidió predecir el "escenario más realista”.

Como puede ver en la Gráfica 1, ya sea que se trate de predicciones sobre relaciones felices o elecciones presidenciales, las personas no logran emplear una estrategia de "promedio" al intentar hacer predicciones realistas sobre el futuro. En cambio, sus predicciones realistas se parecen mucho más a sus predicciones “en el mejor de los casos”.


Grafica 1 / En realidad, nuestras predicciones realistas reflejan nuestro mejor escenario

En realidad, nuestras predicciones realistas reflejan nuestro mejor escenario


Llamada la "heurística del mejor escenario" o coloquialmente dicho, “en el mejor de los casos”, parece que las personas tienden a seguir de cerca su predicción del mejor escenario al intentar hacer predicciones realistas sobre posibles resultados futuros. De hecho, ¡las predicciones "más realistas" son prácticamente idénticas a las predicciones de “el mejor caso”! Los investigadores encontraron evidencia adicional de esta tendencia en estudios realizados en marzo de 2020 sobre predicciones de la probabilidad de contraer COVID-19 para finales de 2020 y el tiempo de espera para recibir la vacuna.

El mecanismo en juego puede ser uno conocido como "sustitución de atributos", donde las personas sustituyen el pensamiento que debería emplearse para hacer una predicción realista con el pensamiento que subyace en la realización de una predicción de "el mejor caso”. Como lo expresan Sjåstad y Van Bavel, "Cuando se les pide a las personas que hagan su predicción más realista, podrían estar respondiendo inconscientemente a lo que desean que suceda, porque el escenario de “el mejor caso” siempre viene primero a la mente”.

Implicaciones para la toma de decisiones financieras

Existen algunas implicaciones interesantes e importantes en el mundo de la toma de decisiones financieras. En el centro de muchas interacciones entre asesor y cliente se encuentran conversaciones sobre esperanzas, miedos y expectativas sobre el futuro.

Por ejemplo, ¿cuándo quisiera retirarse? ¿Qué tipo de presupuesto podría anticipar tener en el próximo año? ¿Quisiera mantener su situación de vida actual durante los próximos 10 años o piensa cambiarla? Podría notar que estas preguntas, y otras similares, se basan en predicciones.

Para responder a la pregunta de cuándo quisiera retirarse, debe predecir, entre otras cosas, cuánto cree que seguirá disfrutando de su trabajo. También, debe predecir la probabilidad de que siga estando lo suficientemente saludable como para hacer el trabajo que necesita hacer.

Para responder a la pregunta de cuál podría ser su presupuesto para el próximo año, debe predecir cuáles podrían ser sus gastos necesarios, así como el nivel de inflación, entre otros factores. Todas estas predicciones pueden variar desde los “mejores casos” hasta los “peores casos”, pero si al hacer estas predicciones, regularmente se inclina hacia los escenarios de “el mejor caso”, es posible que encuentre problemas.

En sus estudios, Sjåstad y Van Bavel no examinaron intervenciones que podrían utilizarse para combatir la probabilidad de quedar encajonado en la heurística de “el mejor de los casos”. Sin embargo, ¿podría ayudar que se hicieran preguntas explícitas? Imagine que le preguntaran, después de hacer una predicción, si se basaba en la realidad o en su realidad deseada.

¿Podrían cambiar sus predicciones si le preguntaran, directamente, si su predicción realista era la misma o diferente a la de “el mejor de los casos”? Sea cual sea, este trabajo es un buen recordatorio para que se pregunte en qué está basando sus predicciones y si las debería modificar.