Noviembre 18, 2025 | Categoría: Planificación Financiera
Muchas personas de alto poder adquisitivo ven la fundación familiar como un medio para alcanzar objetivos filantrópicos específicos. Para algunos, constituye dar visibilidad de las intenciones caritativas del donante. Además, una fundación familiar puede servir para propósitos particulares dentro del ámbito familiar como: ayudar a un donante a mantener la integridad de su intención caritativa hacia el futuro, inspirar el carácter, el sentido de comunidad y el amor por el conocimiento en las generaciones futuras.
Una fundación familiar permite a un donante de alto poder adquisitivo establecer una serie de reglas básicas para futuras obras benéficas y ofrecer incentivos a los herederos para continuar con el legado filantrópico del donante (y de la familia). Sin embargo, esto solo puede lograrse evaluando cuidadosamente las relaciones familiares existentes y potenciales e implementando una planificación adecuada.
Generación tras generación, la agenda de donaciones de los nuevos miembros de la junta puede empezar a diferir de la del donante original. Además, es igualmente posible que el vigor filantrópico mostrado por el donante original se pierda en años venideros. Por lo tanto, algunos donantes optan por incluir al menos a un "externo" que forme parte de la junta de la fundación para proporcionar estabilidad y objetividad. Sin embargo, esto pudiera implicar que una fundación familiar se acerque lentamente a convertirse en una fundación pública, algo que el donante original puede desear evitar.
Para aliviar estos potenciales problemas, un donante puede vincular un plan de sucesión basado en incentivos a la fundación familiar. De este modo, el donante puede crear un entorno y una actitud familiar más alineadas con el objetivo de preservar la integridad de la fundación. Bajo un acuerdo de este tipo, se recompensa a los herederos por su participación y el empleo en la fundación, así como por la ejecución de la misión original de la fundación.
Ciertamente el alto poder adquisitivo le brinda a muchos herederos un medio adicional para ayudarles a alcanzar objetivos específicos. Sin embargo, uno de los mayores retos a los que se enfrentarán algunos herederos a lo largo de su vida es aprender a manejar el patrimonio heredado. Para algunos padres o abuelos, enseñar a un hijo a estar dispuesto a aprender temas financieros complejos y destrezas de administración es un reto igualmente imponente. Una fundación familiar puede crear una plataforma ideal para que los herederos perfeccionen sus habilidades para administrar las finanzas a la vez que amplían su visión sobre la importancia de la labor filantrópica.
Los herederos pueden participar en una fundación familiar como voluntarios, empleados o miembros de la junta. Como voluntario o empleado, un heredero puede adquirir habilidades de administración empresarial, así como ser testigo directo del impacto positivo que las donaciones benéficas pueden tener en la comunidad. Los herederos que sean seleccionados como miembros de la junta pueden adentrarse más en el proceso de toma de decisiones y de otorgación de donaciones, lo que puede fomentar una mayor responsabilidad y ampliar el conocimiento de temas financieros.
Si el donante ya tiene varios hijos adultos que participan regularmente en la fundación familiar, puede considerar nombrarlos a todos como miembros de la junta. Si no resulta práctico desde el punto de vista logístico, una alternativa puede ser establecer un asiento rotativo en la junta. Por ejemplo, cada dos años, un hijo diferente podría ocupar un puesto en la junta.
Además, se podría asumir que la edad de un heredero más joven podría limitar su participación general en la fundación. Por el contrario, a muchos donantes les agrada iniciar a los herederos a una edad temprana en la educación financiera y filantrópica. ¿Cuán joven es demasiado joven? Depende de las circunstancias de cada caso. En general, los niños de doce y trece años no son demasiado jóvenes para ofrecer parte de su tiempo como voluntarios y empezar a comprender importancia de la caridad.
De hecho, es bastante común que muchos donantes animen a toda su familia a participar en las actividades de su fundación. Para mejorar la experiencia de aprendizaje, algunos donantes utilizan métodos creativos para promover el desarrollo de destrezas cotidianas, además de las actividades tradicionales de la fundación. Por ejemplo, un donante puede organizar un concurso en el que cada heredero sea responsable de administrar $10,000 de los activos de la fundación. Tras un periodo determinado, se pueden analizar y discutir todas las carteras. O, si se trata de herederos más jóvenes, en edad escolar, el donante puede organizar un concurso de redacción en el que pida a cada heredero que escriba sobre una organización benéfica a la que le gustaría contribuir. Todos los ensayos, una vez completados, pueden ser revisados y discutidos. En ambos casos, se pueden otorgar premios sencillos a los herederos cuyas carteras hayan generado rendimientos positivos o cuyos ensayos estén bien escritos y sean de temática actual. Los beneficios de estos programas pueden ser inmensos para el participante, el donante y, a la larga, para la fundación.
No cabe duda de que la filantropía es muy importante para muchos individuos. Al mismo tiempo, muchos se preguntan cómo pueden inculcar a sus hijos u otros herederos una pasión similar por las actividades filantrópicas. Además, a muchas personas prósperas les puede preocupar cómo enseñar a las generaciones futuras a manejar el patrimonio. Cuando se establece adecuadamente, la fundación familiar puede ofrecer los medios para lograr estos objetivos.
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