Las principales autoridades sanitarias del mundo advierten sobre la susceptibilidad de los envejecientes al coronavirus. Estas personas tienen un mayor riesgo no tan solo de contraer el virus sino de que sus finanzas se vean negativamente afectadas si se reduce su capacidad financiera.

La capacidad financiera es la habilidad de manejar las finanzas para su propio beneficio. Implica desde pagar las cuentas hasta entender el estado de cuenta de valores, y evaluar los posibles riesgos y recompensas de una inversión.

Prepararse para una posible reducción en la capacidad financiera es tan esencial como planificar los gastos de cuidado a largo plazo o mantener el plan de sucesión al día. La disminución no solo puede resultar en unas cuantas facturas sin pagar. También puede dejar a los envejecientes vulnerables al abuso y la explotación financiera, derrochar sus ahorros y crear una carga difícil para sus seres queridos. En especial por el aumento en las estafas relacionadas con el coronavirus que les acechan, tal como lo han alertado la Organización Mundial de la Salud y las agencias de seguridad federales y locales.

Los mismos envejecientes, junto a sus familiares y amistades cercanas, podrían encontrarse en mejor posición para reconocer las señales de una capacidad financiera reducida. No es suficiente estar atento solo a las señales de alerta. Lo ideal es comenzar a prepararse para posibles problemas antes de que las señales aparezcan.

Mantenga las cosas simples

Finanzas organizadas. Si sus padres envejecientes mantienen inversiones complejas y cuentas bancarias, de valores y de retiro separadas, hay más posibilidad de que alguien que actúe en su nombre, cometa costosos errores financieros. Distribuir los activos en cuentas distintas también dificulta que las instituciones financieras detecten el fraude. Lo mejor es simplificar las finanzas.

Revisen las cuentas y creen una descripción breve del propósito de cada una. ¿La cuenta está destinada a generar ingresos para ayudarle al envejeciente a sufragar sus gastos diarios? ¿O se trata de un fondo para emergencias? ¿Tal vez el envejeciente piensa dejar la cuenta como legado a sus hijos? Podría ser conveniente anotar esa descripción en la parte superior de cada estado de cuenta reciente. Esto le puede ayudar, tanto a su familiar como a usted, al momento de asistirle en la administración del dinero, y a determinar cómo asignar y redistribuir estas cuentas.

Automatice el pago de las cuentas y pídales que reciban sus ingresos regulares por depósito directo. Aconseje a los adultos mayores en su familia a que reciban directamente en sus cuentas ingresos como el Seguro Social. Esto ayudará a simplificar sus vidas financieras.

Tenga a la mano una lista de todos los activos y contactos principales, tales como consultores financieros, banqueros, contables, agentes de seguro y abogados. Esta lista puede ser esencial para quien tenga una capacidad financiera reducida y no tenga idea de cuántas cuentas tiene, quién es su abogado o dónde están sus documentos fiscales.

Procure una mano amiga

Piense a quién se le puede confiar toda la información que acaba de organizar. ¿Será usted u otro familiar el que manejará el dinero cuando su padre o madre envejezca? Si no es usted, identifique a un familiar, amistad o a un experto.

Si sus padres siguen juntos, procure que ambos conozcan de las finanzas del hogar. Un principiante en las finanzas podría verse repentinamente obligado a encargarse del manejo del dinero en el hogar, tal vez porque su cónyuge queda incapacitado. Estas personas son particularmente propensas a cometer errores costosos. Asegúrese que ambos conocen cómo manejar las cosas en caso de que algo le suceda al otro.

Luego, considere involucrar a otro familiar o amigo de confianza en las finanzas. Explíquele al envejeciente que esto no significa que entregará la llave de su vida financiera. Al contrario, ayudará a esa persona a entender cómo maneja su dinero en caso de que esta necesite tomar las riendas más adelante. También estará procurando una segunda mirada a las finanzas para no dejar pasar cuentas sin pagar o actividades sospechosas.

Planifique con antelación

A medida que usted u otro familiar empieza a ayudar a los adultos mayores de forma extraoficial, puede ser tentador que el envejeciente añada el nombre de alguno en su cuenta de banco para que le ayuden a pagar sus cuentas. Esta es una decisión importante que deben tomar con mucho juicio, y aunque pueda ser una solución adecuada a corto plazo, no debe adoptarlo como su plan a largo plazo para enfrentar una pérdida potencial de capacidad financiera.

Todo envejeciente debería tener un poder notarial duradero para las finanzas, en lugar de depender de estos arreglos improvisados. Con este documento, puede designar a alguien de confianza, también conocido como un "apoderado", para manejar las finanzas. La parte "duradera" es clave. Esto significa que el poder notarial permanecerá vigente aunque el envejeciente se incapacite. Siempre que tenga la capacidad financiera, podrá cambiar al apoderado o anular el documento por completo.

En las manos equivocadas, un poder notarial mal redactado puede dejar la puerta abierta al abuso y la explotación financiera. Por ende, al preparar ese documento, es esencial escoger un apoderado (y apoderado alternos) en quien usted y el envejeciente confíen completamente. Trabaje además con un abogado que conozca a fondo las leyes para los ancianos. El poder notarial puede ayudar a minimizar el riesgo de abuso. Este puede limitar la capacidad del apoderado para hacer donaciones o transferir activos a cierta cantidad monetaria y restringir los cambios a los beneficiarios del seguro de vida y el plan de retiro.

Sin embargo, cuanto más confíe en el apoderado, mayor flexibilidad tendrá para ajustar su poder notarial a sus necesidades. Por ejemplo, los envejecientes que se preocupen por los costos de su cuidado a largo plazo pueden otorgar poderes extraordinarios a su apoderado, tales como la capacidad de transferir activos a un fideicomiso. Digamos que el costo del hogar de ancianos está previsto en unos $100,000 al año. El envejeciente espera contar con Medicaid y conservar algunos activos para cubrir el costo de vida de su cónyuge. Un poder notarial que otorgue estas facultades extendidas puede ser fundamental.

Por otra parte, tener un poder notarial no le otorga a su apoderado la autoridad de manejar los beneficios del Seguro Social. Si la Administración del Seguro Social recibe aviso de que un envejeciente necesita ayuda para manejar su dinero, ellos procederán a investigar. Esta investigación puede ser solicitada por un familiar o amigo. Luego, de ser necesario, la agencia seleccionará a un "representante del beneficiario" para administrar sus beneficios. Estos representantes por lo general son familiares o amigos cercanos. Pero en realidad, muchos nunca necesitarán un representante del beneficiario, ya que sus beneficios se depositan directamente a la cuenta de banco a la que su apoderado tiene acceso bajo el poder notarial financiero.

El momento idóneo para tomar estas medidas, claro está, es mucho antes de que empiecen los problemas para manejar el dinero. Independientemente de la etapa de planificación, los envejecientes y sus seres queridos siempre deben estar alerta a las señales de disminución en su capacidad financiera. Estas pueden servir de indicadores para acelerar su planificación o pedir ayuda a sus familiares de confianza.

Algunas señales de alerta que debemos tener en cuenta:

  1. Papá/mamá está tomando más tiempo que antes para pagar sus cuentas o realizar otras gestiones financieras.
  2. Él/ella tiene dificultad para hacer cálculos mentales, como determinar cuánto dar de propina en un restaurante.
  3. Ha notado una pérdida de comprensión conceptual, como confusión respecto a por qué necesita hacer los pagos de su hipoteca.
  4. Mamá/papá solía mantener un escritorio organizado y ahora este se encuentra repleto de correspondencia vieja y sin abrir.
  5. Mamá/papá está invirtiendo de manera más agresiva que antes, enfocándose más en los beneficios potenciales de la inversión que en los riesgos.

Recuerde que estas observaciones se deben tomar como señales de alerta solamente si representan un cambio en el comportamiento habitual de la persona. Tan pronto note las primeras señales de alerta, no las ignore. Su equipo de Popular One está a su disposición para asesorarle a cómo manejar esta situación, contacte su Banquero Privado.


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