Planificar por adelantado puede marcar la diferencia entre un retiro exitoso con suficiente dinero y uno estresante. Aquí le compartimos siete puntos que todo inversionista debe tomar en cuenta:

  1. Entienda el Seguro Social. Su meta debe ser optimizar la cantidad del beneficio del Seguro Social que recibirá mensualmente cuando se retire.
    La edad más temprana para comenzar a recibir el Seguro Social es a los 62 años. Pero si se retira a los 55 o 60 años, es posible que quiera reclamar el beneficio lo antes posible. Sin embargo, si vislumbra trabajar más allá de los 70, como muchos lo hacen, no hay razón para recibir el Seguro Social antes de retirarse. Si lo hace, reducirá la cantidad que recibiría en su plena edad de retiro (66 años para los Baby Boomers nacidos antes de 1954). Es muy probable que sus beneficios aumenten por cada año que posponga solicitar su Seguro Social. Ese aumento a menudo resulta un mejor negocio para usted que comenzar temprano y retirar una mayor cantidad de dinero.
  1. ¿Trabajará después de retirarse? Su retiro podría no ser un retiro como tal. Podría tratarse de hacer algo distinto. Tal vez decida trabajar a tiempo parcial en la industria en la que laboró por décadas o en un campo completamente diferente. El trabajo a tiempo parcial le provee dinero extra y lo mantiene ocupado. Si esto es lo que desea, entonces incorpórelo en su plan financiero. Con suerte, si decide trabajar será porque quiere hacerlo y no porque tiene pocos ingresos. Ahí es donde la cantidad de sus ahorros regulares entra en juego.
  1. ¿Qué pasa si surge una enfermedad grave? A nadie le gusta pensar en ello, pero una enfermedad grave puede descarrilar hasta el mejor plan financiero. Debe considerar lo que sucedería en su vida si usted quedara incapacitado. Medicare no cubre todos los gastos de cuidado médico (como por ejemplo los asilos de ancianos). Existe una buena posibilidad de que tenga que pagar por los extras que no están cubiertos durante una etapa en la que ya no recibe ingresos. ¿Qué haría si eso ocurriera?
  1. ¿Dónde piensa vivir? La casa que habitó mientras trabajaba podría resultar demasiado costosa durante su retiro. ¿Qué pasaría si su negocio no logra tener el éxito que esperaba y usted termina vendiéndolo por menos dinero del que pensaba? Tal vez deba mudarse a un lugar menos oneroso, en donde puede seguir viviendo tan cómodamente como antes. Cambiar de hogar le causará algunos inconvenientes, pero tal vez no tantos como para modificar seriamente su estilo de vida.
  1. Se va a sentir raro sin trabajar. No ir a trabajar todos los días requerirá hacer algunos ajustes. Puede que se sienta solo. Su teléfono va a sonar con menos frecuencia. Las personas con quienes compartió muchísimo tiempo desaparecerán del mapa. Podría sentir que ya nadie quiere saber de usted. A esto se le llama los blues del retiro. Usted podría pensar que está preparado para enfrentarse a todas esas horas vacías, pero la mayoría de los retirados realmente no lo está.
  1. El momento en que ocurren las cosas podría significar la fortuna o la ruina. Si el mercado cae estrepitosamente durante los primeros años de su retiro, es probable que tenga mucho menos dinero del previsto. Quizás tenga que gastar sus ahorros antes de lo esperado. Es recomendable que haga una prueba para ver cuán sólidas están sus finanzas, asumiendo que podría perder dinero al inicio de su retiro.
  1. Cree un plan financiero. Necesita uno para prepararse tanto para los mejores como para los peores resultados posibles. Parte de ese proceso incluye el análisis de situaciones hipotéticas para que tenga una idea de cuánto puede perder en el peor de los casos. Examine su cartera de inversiones y haga los ajustes necesarios. Puede decidir posponer o cambiar sus metas de retiro.

Crear un plan no es suficiente. Cada año debe repasarlo. Nunca debe retirarse para entonces descubrir que sus suposiciones nunca se convirtieron en realidad.

Le recomendamos que saque tiempo para discutir estos siete temas de retiro con su asesor financiero.


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